jueves, 31 de julio de 2008

LOS NUBARRONES DE LA ILUSIÓN :: fgm829

Los densos nubarrones de esta Maya se ciernen paulatinamente desde nuestro horizonte más próximo permitiendo que la ilusión se instale en nuestra forma de percibir, pensar, actuar, acatar directrices y tomar decisiones que conciernen y afectan no solo a nosotros mismos como seres humanos, sino que a causa de ellas, cientos, miles, millones de seres, están totalmente avizores a la espera de lo que decidan por nosotros. Y diariamente el ser humano está sufriendo las consecuencias de nuestra justificada confusión, aceptada por nosotros mismos y por la sociedad.

¿Hacia dónde vamos, qué dirección hemos de tomar para que de una vez por todas, el ser humano comience a descubrir que estamos instalados en la ignorancia y el oscurantismo?

¿Cuánto tiempo hemos de soportar que las clases más desfavorecidas sufran las decisiones que se adoptan diariamente en cómodos sillones de cuero, tomando un refrigerio, mientras la miseria galopa a sus anchas como caballos desbocados, despeñándose al precipicio, y sembrando de cruces los hermosos parajes que la naturaleza nos regala con humilde generosidad?

Nos esforzamos en demostrar que lo evidente es mentira y que la mentira es verdad con tanta naturalidad que nos estamos creyendo nuestra propia locura. Y vamos enarbolando el estandarte de los logros conseguidos. No obstante y para sorpresa nuestra, cuando intentamos reaccionar y la certeza se hace evidente, siempre es demasiado tarde. Y como siempre culpamos de todo a lo coyuntural.

Qué palabra tan coyuntural, valga la redundancia, que se asemeja a un agujero negro, donde son engullidos los logros, los ideales, las buenas intenciones, las relativas verdades, las miserias escondidas debajo de las grandes y lujosas mesas de salas de juntas, y donde la ilusión hace acto de presencia y nos pone delante de nuestras narices, el fruto de nuestra incapacidad para dirigirnos unos a otros.

¿Hacia dónde vamos los seres humanos? Qué hemos de experimentar, para que transformemos la materia prima de nuestro cuerpo y comencemos a desarrollar esta hermosa maquinaria y basemos nuestros principios en algo sólido, algo que impregne de Verdad todo cuanto toque el ser humano. Ya sean los propios pensamientos, los propios ideales, las relaciones con otros seres, y que por mimetismo con esa experiencia, vayamos ofreciendo y compartiendo unos con otros el fruto de la Verdad que dentro de nosotros está instalada desde tiempo inmemorial y que pacientemente está esperándonos a que emprendamos la increíble aventura de dirigirnos hacia ella y no prestemos atención, ni nos dejemos influenciar por la Maya o la ilusión, siempre instalada, a nuestro pesar, en la dualidad, y nos dejemos llevar por el fluir de la Verdad.

Este es mi humilde deseo como ser humano. Que brille el sol de la Verdad y que encontremos y nos relacionemos con nuestro sol interior.

Fernando García Muñoz

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